EL ÚLTIMO PAISAJE DE ANDRÉ CHAVANEL
CAPÍTULO I Alphonse Chavanel miró de reojo, desde el camastro desecho, las suaves curvas del cuerpo de Coral. Después del sexo se preguntó qué podía atraerle tan magnéticamente de ella. Su figura era desigual, rechoncha y con rollos de grasa en la cintura y las caderas. Los pechos grandes y descolgados. Nada que ver con...