DOS VIDAS , DOS CAUSAS
-No llego, no llego, al consulado argentino- pensó Jorge. Prendió un cigarrillo, lo aspiró hasta que sus pulmones se inflaron tanto como su panza. Dio dos pitadas y lo tiró. Apuró el paso por Zamenhoffa, una callejuela de Varsovia. Varias paredes de ladrillo y delante de ellas, canteros con flores como recuerdo de las víctimas...