VALERIA
Tic, toc. Tic, toc. El reloj no deja de marcar cada minuto. Son las tres de la madrugada y Layla aún no ha conseguido dormir. Lleva tres horas siguiendo el ritmo del minutero del reloj. Aún no se puede creer que su abuela ya no esté. Han pasado dos semanas desde su fallecimiento y Layla...