Vivir para comer, comer para vivir
Faltaban poco más de diez minutos para las siete cuando Andrea de un brinco salió de la cama. Aunque era pronto y la noche había sido muy larga, necesitaba salir de aquella pesadilla y comenzar a vivir el día. El insomnio de esa noche se convirtió en un castigo que le atormentaba. Esa mañana tenía...