Después de que acabe el tiempo
CAPITULO 1 El tic tac del ostentoso reloj situado en la esquina de la oficina comenzaba a volverse enervante a medida que los segundos pasaban, y el hombre vestido en su impecable traje negro, sentado al otro lado del escritorio, parecía dispuesto a tomarse el mayor tiempo posible en cada acción, lo que solamente hacía...