El Ultimo Café
La escena se había repetido durante los últimos cincuenta años, una noche cada trescientos sesenta y cinco días. En el recinto que albergaba a los dos ancianos caballeros aquella fría noche de mil novecientos dos, reinaba una tensa calma sepulcral. Los troncos crepitaban con un sordo sonido en la chimenea de la vieja pero distinguida...