DIJE NO, MAS NO ME OÍAS
Dije no, más no me oíste. Supliqué con dolor mientras se mojaban mis mejillas. Irrumpiste en mis adentros despojándome de mi candor, sin importar mi suplicio ni la sangre de mi herida. Dolía el alma y la llaga supuraba, padecían mis huesos y tu disfrutabas de tu hombría. ¿Acaso importaba el tiempo la noche, la...