EL MUNDO A CUESTAS
En su magnificencia, el servicio público del autobús parece mirar con cariño a sus ocupantes al subirse a él. Majestuosamente y vestido de rojo, les deja entrar en él con agrado. Abarrotado de gente, el desenfadado vehículo se cerciora de que todos estén bien, y observándoles con cara seria se asegura de ello. Da el...