Tía Irma…
Plena tarde y tú…esperas. Alguien ha dicho que cuando el amor es tan fuerte, se impregna hasta en las paredes. Pero también el odio. Y el miedo. Que comienza a reptar por habitaciones vacías y húmedas. Oscuras. Tristes. Silenciosas. Cadavéricas. Los recuerdos se amontonan en los rincones, fotos grises, amarillentas, rasgadas. Gritos, insultos, golpes ocultados...