Coraje
Sentada en la sala, observo a mi abuela acomodarse en el sofá, mientras se dispone a tomar la siesta, los anteojos casi se le caen al suelo cuando trata de cobijarse. —Abue, cuénteme algo que no sepa de usted —pregunto curiosa. —¿Qué quieres que te cuente? — me pregunta mirándome sobre los lentes. —¡Podría contarme...