Paralelismos
Primero se cerró el cielo, tiñendo de tonos oscuros la exuberante alfombra verde que prosperaba bajo su manto. Luego estalló la tormenta, descargando —podría decirse que con saña, si a este fenómeno se le atribuyese cognición—, una densa cortina de agua sobre la tierra onubense. Daba la impresión de que el mismísimo Thor dirigía la...