Hay que prender el fuego
Veo cómo tus pies trastabillan, se enredan, no logras mantener el equilibrio, y sin embargo no intentas agarrarte a nada, caes al vacío sin emitir ningún sonido, es como si tan solo te dejaras llevar. Yo tampoco te ayudo, no trato de alcanzarte, de salvarte. Me quedo apoyado en el quicio mientras veo tu cuerpo...