El niño malabarista
Anselmo tenía diez años cuando su padre cayó preso, había asesinado a un personal de seguridad que lo sorprendió robando en una fábrica de alimentos. Eran nueve hermanos y las changas de su padre y la venta de pan casero de su madre no alcanzaban para saciar el hambre de todos. Vivían en las afueras...