¿Camino, o destino?
«Y fue allí donde ese pequeño niño se perdió por primera vez en la espesura de sus pensamientos. Cayó en la profundidad y comprendió, eufórico, la belleza de la creatividad humana. Pasó horas sentado, estático frente a aquella puerta, dejando que las ideas y preguntas fluyeran por su mente como ríos desbordados llenos de cascadas...