Piedra
La multitud aullaba en el Ponte Vecchio mientras tú sonreías frente a aquel escaparate. En ese instante, impelido por la irracionalidad, hui del lugar y dirigí mis pasos hacia la Piazza della Signoria. Y, extasiado, detuve mi futuro devenir frente a la estatua de Perseo con Medusa. La serenidad contenida del semidiós provocó que el...