club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
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II convocatoria de El viaje que aún no he hecho (concurso de microrrelatos) Admisión de originales: del 16 de febrero al 9 de abril
Periodo de votaciones: del 10 de abril al 7 de mayo
Fallo del Jurado: el 1 de junio
Camino por la vida pensando en cuando llegare, camino rapido pero no consigo avanzar, siento que cada vez me canso mas, que el aire de mis pulmones se acabara, que mi corazón no resistira, que el camino cada vez es mas dificil, pero que al llegar a mi destino, la paz que habra en mi,...
Tantas veces lo ha soñado y tantas veces planeado su viaje a Nueva York, que a veces tiene la sensación de conocerlo muy bien. Cuando todos ven la tele en la Residencia, él se quita la prótesis de su pierna izquierda para sentirse más cómodo. Después con todos los folletos que ha ido juntando con...
Madre, desde que nací, rodeada de tu pobreza de bolsillo y tu extravagancia de espíritu, me cargaste entre el estuche rígido de tu guitarra. Fue mi cuna, mi carruaje y mi planeta de sueños. Te fuiste joven y te extraño tanto… Calco tus pasos ahora, siguiendo tu voz en mi alma, acariciando la guitarra y...
Entre el Holocausto y la caída han padecido mis letras viajeras, vuelven cubiertas de cilicio de espanto, vuelven de un viaje sin fronteras. Alemania 1945, la muerte azotó ciudades enteras. Llantos, gritos de desesperación son protagonistas en Dresde, en Auschwitz, en Berlín … «El dolor, no es fascista, el dolor no discrimina, no tiene uniforme...
En la carta aún se podía leer: Como el temerario se lanza al incierto viaje, así me atreví a volar desde mi tierra envuelta por tres solemnes volcanes. (…) El clima hermano al cual he visto y respirado vestía su celeste abrazo y sus verdes ojos sobre su amplia y maciza arquitectura… ¡Oh rostro reluciente...
Los ciegos dan la impresión de parecer verlo todo. Cada pinzelada del lienzo policromático que les rodea. Los observo en la ciudad, jungla rebosante de luz y color, estridentes silencios y placenteros ruidos. En ella la rigidez de su expresión, la intensidad de su marcha y el bamboleo dirigido e impetuoso de sus bastones recrean...
Espero el día en el que un avión me rescate, oportuno, de esta ciudad que se está comiendo mi sonrisa y mis palabras; y que me lleve a casa, el avión, para que mis padres dejen, por fin, de envejecer.
…y cargué de regreso esas maletas repletas de ti que gritaban. Tus recuerdos se empujaban, deformaban la rectangular estrechez; cuando pudieron liberarse por encima de mi derrotado valor, se irguieron enormes entre nudos y jirones de mi ropa. Ecos del viaje de vida ahora irrealizable. Callo y muerdo ese orgullo inflamado que me ha dejado...
Nunca iría si no fuera porque estás tú allí. Es un sitio deplorable, solo alberga sufrimiento. Su gente es buena, no me cabe duda. Sinceros y trabajadores. Pero no es mi estilo. Tengo que ir a verte mamá, pero odio los hospitales. Recupérate pronto.
Sueño con la tierra que solo pisa el hombre descalzo, sin ambición; con animales libres, en su más absoluta espontaneidad. Sueño con maravillarme con paisajes, de la misma manera que lo hizo la entrañable Karen Blixen: colinas, horizontes, un amor, un sentimiento vibrante y puro… Esa casa que albergó almas e historias auténticas. Sueño con...
-¡Cuánta cosa lleva en esa maleta!- me dijo un niño que pretendía conducirme desde la estación del tren hasta el hotel más cercano. -Déjala- le contesté – Puedo llevarla sin tu ayuda-. El crío, un poco asombrado, quizá por la costumbre de bregar con la carga de sus clientes, sonrió y tomó la delantera. Después...
El aroma de canela me acompaña en los momentos de silencio. Me he enamorado tu país salvaje, de su tierra roja. Beberé su aire desde una de las rocas más altas. La lluvia es torrencial pero no me importará desaparecer tras esa cortina de agua si es contigo. Me disfrazaré entre las gentes para pasar...
