Pére-Lachaise
En la ciudad reposada la oscuridad cobra vida. Esta noche, los chamanes de Nuevo México despiertan a los artistas. Veo una hoguera de llamas verdes, envuelta en humo amarillo con olor a peyote, que ilumina el piano de Chopin mientras la Callas entona Casta Diva. Wilde, Proust, Moliere juegan con las letras. De repente, aparece...