ÉL
Parece ser la única solución. Llamar a mi madre y contarle que ya no hay vuelta atrás: la locura venció. – ¿Aló, viejita? – Hijo, que bueno que llama, los espero el sábado con pastel de… – No llegaré al sábado. – ¿No podrán venir? – Regresó – ¿Quién? – La locura -silencio-. Pero esta...