Endecasílabo del perdón
No nos hemos entendido. Una herida me escuece, -el tonto crónico enloquece-, con la yugular henchida, como avispa malherida, tiro un dardo envenenado. No controlo mi enfado, hiero con saña, mi amor! Incrédula, y con dolor, te retiras de mi lado. Tu alma llora mis ofensas. Me lo dicen tus ojillos, humedecen tus mejillas, no...