Mi libertad
Nadie te ha cortado las alas jamás –Me lo recuerdan. Y yo, complaciente, pío sí a todo. Y me gano una cuerda que atan a mi patita y abren la jaula. Levanto las alas. Las agito con fuerza y velocidad. Salgo por la puerta metálica. ¡Soy libre! -pío de felicidad. Avanzo medio metro y me...