Desde las lunas de tu coche.
Te acercas a mí susurrando con cierta cara de pena: «Qué triste volver a vernos…» ¿Triste? Pensé… No nena. Fue triste alejarte y barrer mis llaves. Lo fue caminar el pasillo largo que hay desde tu puerta. Triste el hueco hondo en el colchón, o el impasse desde el baño en cada gota, y en...