Seísmo interior.
Aquel seis de mayo no fue un día cualquiera para Manuel. Ocurrieron dos hechos irrepetibles en su vida: cumplió sesenta años y enterró a su madre. Nada más terminar el funeral huyó del gentío porque necesitaba arrancarse los cristales que se le rompieron dentro. Sentado en su despacho, con los codos sobre la mesa y...