La reina del taller
Aquella máquina era su orgullo, y no es para menos, la llamaban la reina del taller. Aún la recuerda con los ojos llenos y la boca seria. Habla de ella siempre que tiene la oportunidad. No se debía solo a las dimensiones de la mandrinadora-fresadora Scharman, de veinte metros de largo y cinco de altura,...