La banca siempre gana
Mi padre lo sabía: la banca siempre gana. O al menos se repetía una y otra vez la salmodia cuando regresaba de gastarse la parte del sueldo que mi madre no conseguía esconderle a su cinturón. La mirada perdida en el abismo de la tele, la mano derecha acariciando el labio del último botellín de...