CLASIFICADOS
Sin motivo le dieron un balazo en el estómago y salieron corriendo. Desorbitado, agarrándose las tripas con las manos, atravesó la calle y la plaza por el medio, pisoteando hortensias, esquivando margaritas. Tambaleante llegó hasta el bar del Jockey; pidió un cortado, medialunas, los clasificados del Clarín. Con la vista nublada tomó nota de tres...
