Como lágrimas en la lluvia
El último ser humano acabó sus días una noche, hace ahora mil años, cuando regresaba a su refugio bajo una densa nevada gris. Murió sin haber visto atacar naves en llamas más allá de Orión ni rayos-c brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhaüser, entre otras cosas sin sentido que se suelen...