Mi amada
Todo comenzó con un beso, uno frio, de esos que enmascaran despedida, que claman la distancia. Al ver mis manos congeladas me di cuenta que siempre pidieron el rose con las tuyas, una caricia, que curioso… ¿no es así? El más pueril calor que invadía mis extremidades al tenerte cerca, esa sensación húmeda en ellas...