Ella
Brillaba más que el sol, y nuevamente la luna naciente sentía envidia. Y se creía tan inútil al ver que, su miserable luminosidad, fuente de luz secundaria, no se igualase con la de ella. Que lograba que hasta el corazón más frío y de piedra se estremeciera. ¡Qué débil e inutil era el amor de...