Raudo rimerito de rimas
Conjuro lírico Me inspira aún tu antigua melodía, hija de la inspirada arabia; diva. ¿Cómo es que ya tu gracia no cautiva, musa fecundadora de armonía? Tu voz palideciendo en lejanía mengua en vano reclamo, remisiva. Y mientras, fatigamos la evasiva ruta sin curvas. ¡Zángana apatía! Caduca en la molicie y desestima de un hoy...