DETECTIVES DE PACOTILLA
De noche se nos iluminaban los días de nuestras infancias de verano. La recompensa diaria del yugo justiciero del sol era salirse a la puerta, un lujo para pobres. Después de la cena, escondido ya el sol tras los cerros de la campiña cordobesa, los vecinos sacaban sillas de anea o hamacas playeras a las...