NO, SEÑOR PITÁGORAS, NO
NO, SEÑOR PITÁGORAS, NO El mundo no era ni redondo, ni plano. Ni tampoco acababa, por cierto, en los confines de allende los mares. El mundo era, hace unos pocos-muchos años, aquella calle recta de no más de cien metros perfectamente delimitados: al oeste, por la casa de la esquina en la que...