YO
YO Sonó la campanilla, señora las Hermanitas de los pobres, dijo la tata asomada al rincón de la galería, que pasen, no te escapes nena, ya sabes que les gusta verte, sonrió mi madre. Entraron dos monjas, la hermana María vieja, llena de aspavientos y un enorme lunar con pelitos en la barbilla; la otra,...