AL ENCUENTRO DE MIS RAÍCES
Corría 1929 y él, como tantos niños y jóvenes, con su mochila cargada sólo con recuerdos y sin mirar atrás, subió lentamente las escalerillas del Vapor Baden, escapando del olor a pólvora que se avecinaba, del hambre, del miedo y con el único deseo de llegar a América, tierra prometida, tierra de paz, de pan...