Tiki tiki…
Tiki tiki…. tiki tiki…. El sonido te provoca escalofríos. Lo miras desesperada, mientras sus dedos corren veloces por las teclas y los destellos de la pantalla anuncian cosas que, sinceramente, no te interesan. Pero él sigue ahí, pendiente de cada emisión, de cada detalle, como absorbido por la aparente muestra de brujería que emana de...