Neurosis
Angela se levantó de la cama y, como cada día, se dirigió a su tocador como una autómata para ponérselo. Estiró la mano, palpó a un lado y al otro pero no sintió el tacto de aquello que esperaba encontrar. Entonces abrió sus ojos que rápidamente escanearon el pequeño mueble; desorientada, su cabeza comenzó a...