Tango de los suicidas
Helenka estaba sentada sobre una alfombra de color vino, un poco polvorienta a causa de las puertas de la terraza a menudo abiertas. La sirviente se había ido de vacaciones, volverá mañana. O no… Ya nada estaba asegurado. Mucha gente huía. Los vagones salían saturados desde Varsovia. Era un milagro encontrar un sitio para subir...