LA ESCUELITA DOMINICAL
Nunca se nos dejó levantar más de las nueve. Y eso en invierno, porque en verano, ¡ah no mijita! a las ocho todo el mundo desayunado, lavado y peinado. Cambiada de bombachita y la ropita de dormir doblada bajo la almohada. El café con leche espumoso y tibio nos esperaba a mis hermanas y a...