MI TREINTA Y ÚNICO AMOR DE OFICINA… Y SE ME MURIÓ.
UN PINCHURRIENTO CHANGARRO. En aquella bodega de lámina, pobremente adaptada como “oficina” tuvieron a bien instalar, para que todos pudiéramos admirarla, una estatua de yeso con la figura de Jr., el egocéntrico, vanidoso, y creo que homosexual hijo del dueño de ese changarro pomposamente llamado “Productos Petroleros, S.A. El calor era insoportable pues el...