Tu labio superior
Todavía conservaba sabores de la noche anterior —tu ron, mi ginebra, ya me sentía suficientemente viejo para tomar ginebra— cuando acepté tu invitación a café. Miré a izquierda y derecha antes de adentrarme en tu portal, y se me escapó una sonrisa al ver los azulejos verdes junto al ascensor, y mis dedos saltaron al...