La mesa estaba servida
Lo recuerdo a la perfección. Cumplía 18 años. Todo un acontecimiento. La edad en que por arte de magia, dejaba de ser un niño para convertirme en hombre. La celebración en casa se había preparado con semanas de anticipación. Muchos invitados, amigos, familiares y la insólita visita de alguien que no veía hace varios años....