No fue un sueño.
No fue un sueño. Génesis amaneció una mañana con el cabello rapado en una habitación extraña, un agudo dolor de cabeza y su brazo herido. Sin entender cómo había llegado ahí, ni como se había lastimado, miró las cuatro paredes que la rodeaban. El lugar era iluminado por una pequeña luz, las paredes eran viejas....