CONTRADICCIÓN INOPORTUNA
Nos fundimos en un abrazo tan poderoso que comenzó a faltarme el aire. Mi corazón acrecentaba sus latidos cada vez que se anunciaba una nueva parada: «Próxima estación, Avenida de América». Las puertas se abrieron y salió un reguero de gente, conmigo cerrando filas. Arrastré desfallecida mis maletas y mis pasos, que me alejaban del...