Y es que me pierdo…
Voy por las calles solitarias y oscuras… dando pasos con la presión de que unos ojos me miran. Son los ojos del vacío. Volteo y no sé a dónde mirar… De repente aparece un indigente que se acerca. Pude ver que su mirada estaba más apagada que la noche misma. se detuvo y me dijo...