club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
702participaciones
Cuentos para el andén: convocatoria abierta de Microrrelatos Una convocatoria abierta para elegir a los 3 microrrelatos invitados que formarán parte del número de octubre 2013 de la revista Cuentos para el andén.
Ya tenemos el resultado del concurso:
GANADOR: Peces, presentado por Elena García Sánchez
FINALISTA: La Estrella del Norte, presentado por Daniela Rafael
FINALISTA: Último aviso, presentado por Teresa Garrido Pellicer
Cuando realizamos un viaje, la mente transforma nuestro cuerpo.Nos volvemos irascibles, nos peleamos discutimos, por esta puta ansiedad, producto del viaje.Llega el día, desde el andén, los pasajeros acomodan sus maletas junto a sus ilusiones, suena la campana se quiebra el beso más lindo… el de la despedida.El pañuelo en alto viendo como se aleja lentamente el «Caballo de...
Eva sentía el peso de su soledad. Hacía meses que veía su vida pasar como si la observase desde el andén. Se sentía sola mientras todo estaba lleno de gente. No entendía por qué se sentía así. Tres meses atrás se había venido al pueblo decidida a cambiar de vida. Nadie entendió por qué se...
OTRO TIEMPO La lluvia caía fina e incesante. El viento arreciaba, frio, del norte. Yo, sentada en un banco, apenas veía a través de la densa niebla.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» /> Pero al levantar la vista, desde el andén, divisé algo que se movía y avanzaba hacia mí. Llegaba el tren. Pensé...
Aquí estoy, en el anden, en «nuestro anden» ¿recuerdas? Mis pies como entonces sienten una vez más el frío otoñal, sin embargo, mi corazón arde al recordar el ritual de los calcetines, en el QUÉ , acariciabas mis pies con tus manos ardiendo. ¿Cómo olvidar ese momento, ese instante mágico y único? Recuerdo, tu mirada...
Rasgó la fotografía en dos, tiró los trozos al andén y se subió al último vagón. De inmediato, los dos fragmentos quedaron a merced de la apretada muchedumbre. Una de las mitades revelaba un rostro femenino surcado de arrugas camufladas con crema y coronado por una espesa melena de color indeciso. Su sonrisa de septuagenaria...
Ha llegado con media hora de antelación, quizá con algo más de prisa de la necesaria, como de costumbre. Ha ido al baño, comprado revistas y tomado un café, es muy probable que expreso. Esperar forma parte del viaje, imaginas con quien compartirás el asiento, qué verás desde tu asiento, cuantas historias serás capaz de...
Rosario tiene la particularidad de regresar mi inmanencia a esta localidad que me acuna por adopción. Quizá sea su arquitectura, sus sonidos y sus aromas a pochoclo acaramelado con smog. Algo que me devuelve los paisajes añorados de Buenos Aires y Madrid. Hay algo de cierto como lo hay de mágico en su gente, en...
Antes del amanecer entró en la oficina, ajustándose el uniforme de botones dorados y más triste que de costumbre. Salió para fumar un cigarrillo. Contempló largamente las vías terrosas, indiferentes al paso del tren. Desde el andén regresó a la oficina porque sonó el teléfono. Era su jefe. Le avisó que la partida del tren,...
Habían pasado muchos años desde aquel encuentro furtivo donde sus miradas cubiertas de sal se habían alejado. Pasaron su vida añorándose como un niño añora a la madre que le dio la vida y que un día sin ninguna explicación decide abandonarle. Pasó el tiempo y ambos siguieron recordando esa mirada que cada día les...
Por un paso efímero y en movimiento Lara fantaseó todo el lugar. Vio en el andén arcángeles que masticaban lágrimas empapadas de alcohol, sonrisas que dejaban entrever oquedades, brazos agitados formando con su cuerpo lo más parecido a un símbolo de un instrumento musical, mitológico y silencioso. Lara, apoyada en mi hombro escribía en su...
Cada día, desde el anden de cualquier ciudad, se recrea la realidad de sus habitantes, unos van otros llegan; madres lloran, niños juegan; se refleja la cultura del lugar o las vivencias de un hogar particular. Sobe el espacio de cualquier anden, se conoce la gastronomía popular, la creatividad de la gente o la necesidad de educar. Desde...
Llueve en tu barrio y en el mío, tanto que no se puede salir. Vuelves a llamar, dices voy para allá en coche. Te veo acercarte desde mi escalón como desde el andén, por la calle mojada. Delante de la puerta cuelgas riendo. Entras, lo que más te gusta es la trastienda…vale venga paramos...
