Hasta la vista
Al llegar a CELTEX SA marqué el ingreso y subí al primer piso. Crucé el pasillo por entre los puestos de Finanzas hasta llegar a mi escritorio, junto a la sala de servidores. No alcancé ni a sentarme, que ya el teléfono daba alaridos como un perro que extraña a su dueño. No podían acceder...