Nuestra promesa
…tal como te prometí. El Golden Gate deslumbra en su infinito naranja y corre una ligera brisa que me recuerda tu cabello al viento y el omnipresente cigarro que, seguramente, hubieras encendido de estar aquí, a mi lado. Juntos programamos esta aventura americana y, juntos, hemos llegado a tu adorado San Francisco, yo físicamente y...