Consigna
No fue fácil. En Mercado Libre encontré muchas ofertas de devanadoras de lana pero ninguna que pudiera devanar cerebros. Tuve que hacerlo, a la vieja usanza del cuento de la Bella Durmiente, con huso y rueca. Y no resultó sencillo hilar primero los resbaladizos y ligeramente sangrantes sesos para luego ovillarlos de forma que el...