La magia del taller
Con algo de temor, me acerqué a tocar la galera con la varita del lápiz recién afilado. Fascinado, observé cómo las palabras comenzaban a borbotear interminables, combinándose entre sí, formando textos inimaginables. Me pregunto en qué doble fondo habían estado escondidas hasta ese mágico momento.