De vegades els camins es separen i la rosada es gela a la gespa. No vull plorar la teva absència com si fos una cosa trista. Vull gaudir del record de la teva presència, i estimar-te, en silenci, i discreta, com si el temps pogués fer marxa enrere i demà, o demà passat, em trobés...
Fue como despertar en un mundo en el que nada tenía importancia. Estábamos en un restaurante chino un sábado a mediodía, y mi chico me contaba cosas del trabajo. – Entonces le dejamos la mesa y prometimos volver a buscarla la mañana siguiente – iba diciendo. Llevábamos juntos dos años. Asentí. – El lunes pasado...