Tengo este caminar que me he sorteado
de vivir al fiado y con torcidas historias.
He hecho de él toda una intriga
cuando ya veo doblar la esquina
aquella que va al cementerio.
Mi corazón de hogar invariable
ahora protesta por incertidumbres,
de ir por senderos con sed de faldas,
de beso en beso en secretas aventuras.
Distraído caerá en cualquier trampa,
y allí mismo le darán caza y castigo,
dejarlo herido con espinas clavadas,
cansado y satisfecho de esos asuntos.
De lo andado no puedo hablar a mi antojo,
de letra fácil y ambiciones sencillas,
mi prontuario romántico más bien escaso,
pero una mirada mortal verde claro,
después de siete juramentos me ató a la estaca.
La esposa en vela cada día me espera
con sus grandes ojos anclados en mi destino.
No he sido más que un infausto
que a mediodía le cantado el gallo
y esos mezquinos amoríos de antaño
vienen hoy a consolar su falta.
Allí asoma como luces de un faro
la de Arauco que ahora me desvela,
me ha arrancado cuanto verso ha podido
sin más promesas que unas vagas letras.
Ni hablar de la abrupta porteña
que incendió mis primeros versos,
hembra de cuerpo ganoso, un día,
vulneró sin permiso mi cuerpo y alma.
Esa Venus de insaciables contornos,
provoca mis fantasías con tortuosos deseos,
exprime hasta mi último aliento
y lo que pueda de mi sangre,
en cada cita furtiva con indolencia.
Tarde o temprano he de pagar precio
por tan temerarias andanzas.
Después de tales desgracias
mi alma en purgatorio vagará en tinieblas.
Antes que el verdugo cumpla sentencia,
he de saciarme de todas y no sentir su falta
cuando mi paso pálido y marchito,
en el último andén detenga su marcha.
Al Nazareno del Calvario, una última súplica pido,
que consienta mi voluntad y esta vez no me falle.
¡Dejadme conmigo hasta el final:
en mi mano, el anillo de oro nupcial;
de Arauco, un suspiro de tarde en tarde;
acabado todo, un epitafio en Valparaíso;
y bendice las lágrimas de cuantas he amado!
Interesado por: Poesía
Autores o libros favoritos: Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Antonio Machado