Perfil público

Mi nombre significa Señora, por lo que comenzaré aclarando que no me identifico mucho con él. Más bien me siento niña en cuerpo de mujer, esa soy yo, la de la foto, pero no miréis la cara, intentar ver la profundidad de mi mirada.
¿Aun no habéis encontrado nada?, eso es porque los tesoros hay que buscarlos o no encontraréis nada.

Si tengo que autodefinirme, os diré que me encanta moverme a pesar de que mi corazón late lentamente y pestañeo de forma pausada. Cuando era pequeña pensaba que me llamaba "bájatedeahí", pero pronto entendí que yo soy Marta, no una señora, ni una doncella de palacio. Soy más bien una niña a la que le gustan el barro, las cabañas y montañas;
no me gusta ocultarme bajo el maquillaje ni vestirme de una manera en la que no pueda correr, saltar y revolotear como las mariposas.
Prefiero la compañía de los niños que de los adultos. Los juicios de adulto me ponen nerviosa porque la mayoría de las veces te llegan sin forma y tienden a criticar sin aportar, sin motivar. Muchos no son así, diréis, pero sin adultos sentados en su sobremesa, evito esa casualidad que te hace escuchar una crítica que luego resuena y resuena.

Los niños juegan y te aprecian, no te juzgan y quieren siempre compartir contigo sueños, ideas y más ideas buenas que te parecen curiosas, las escribes y resultan ideas de esos pequeños genios a los que deberíamos escuchar siempre y seguir siendo por siempre como ellos. Yo soy así, pequeña, me gusta imaginar que vuelo, dibujar la casita de campo con un sol redondo y pájaros que escucho piar interpretando a Ludovico Inaudi.

Adoro a mi familia, ellos me arroparon al nacer y después de 45 años, siguen a mi lado. Ahora y para siempre, ellos son mi familia, los que te hacen decir un "para siempre" y sabes que es verdadero y único, porque los "para siempre" en la historia todos sabemos que son un "hasta que las circunstancias nos separen" si es que no encontraste lo imposible, eso que encontró mi madre junto a mi padre: un para siempre que hacen historia y dan ejemplo para confiar en el amor eterno.

Quiero a mi pareja aunque muchas veces no me comprenda. Le quiero porque no busco que quiera entender mis maneras, más bien busco combinar las suyas con las mías y hacer así un equilibrio que nos arrope por ahora o para siempre, quien sabe, lo que en la vida nos espera.

Gracias a todos por leerme, entenderme y escucharme.

Marta Marsá