Diversos y extraordinarios son los sonidos de la noche que nos envuelven en fantasías aterradoras de criaturas sin forma que acechan en los rincones oscuros de la habitación, inmóviles, observando mientras permanecen a salvo lejos de la luz. 

Pobre de la víctima que se ve envuelta en esta maraña de sonidos espectrales, ya que una vez que la noche lo a atrapado no puede más que prepararse para entrar en ese mundo de sombras y desesperanza, puesto que, la noche no es piadosa y dará forma a las peores pesadillas. 

El zumbar de los insectos que parecerían susurros de demonios burlones que acechan y murmuran al oído blasfemias y herejías.

El maullar de los gatos, esos guardianes de las puertas que conectan la vida y la muerte, anunciando la llegada de espectros escapados de los infiernos.

El aullido de los perros cada vez más cercano que anuncian el andar de un ente amorfo que no pertenece a este mundo. 

El eco de la vida nocturna que asemeja el llanto o lamento de ánimas que rondan buscando compasión o venganza en el mundo de los vivos. 

El crujir de las maderas que hacen pensar en algo cercano y listo para abalanzarse sobre la desdichada víctima. 

Diversos y extraordinarios son los sonidos de la noche al mostrarnos fantasmas, demonios, brujas, espíritus y entes que deambulan libremente a nuestro alrededor, flotando sobre nuestras cabezas, tratando de sujetarnos y llevarnos con ellos al lugar donde se crean las pesadillas. 

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