Incluso en el fin del mundo

Siempre me pareció improbable ser el último ser humano con vida. Después de la explosión, bueno, después de la última gran explosión, seguramente fuimos pocos los sobrevivientes, pero la idea de ser yo la última persona con vida siempre me pareció imposible.

Oigo a alguien tocar mi puerta por segunda vez y confirmo esa creencia. No fui el único sobreviviente, aunque tampoco puedo estar completamente seguro de eso porque ya de todo se ha visto en el mundo. Se que no es un monstruo o una criatura marítima que salió a la superficie tras nuestra casi total extinción ¿Por qué un monstruo tocaría una puerta? Supongo que, si existiera uno y viera todo destruido a excepción de esta casa, no dudaría en destruirla también sin importar que hubiera alguien o no adentro. Vamos, un monstruo no tiene modales y en el fondo marino, al menos hasta donde llegaron las exploraciones, no hay puertas.

Revisemos otras opciones, podría ser quizás un extraterrestre, tomamos contacto con ellos hace ya varias décadas, antes de que las grandes guerras nos llevaran a las grandes explosiones. Si fuera uno, espero que sea alguno del planeta Kepler 452-b, ellos se la pasaron advirtiéndonos de esto, de nuestra naturaleza violenta y cuando vieron que inevitablemente nos destruiríamos unos a otros, trataron de auxiliarnos, fracasando estrepitosamente en su intento. Tal vez sea uno de ellos buscando algún sobreviviente.

Aunque no, no pueden ser ellos, no hay forma. La materia de la que están hechos les posibilita atravesar paredes y ver a través de ellas, como Superman, pero sin afanes de grandeza. En circunstancias como esta ni por cortesía llamarían a la puerta e inmediatamente usarían sus habilidades para salvarme y llevarme con ellos a su pacífico planeta. No, no es la gente de Kepler 452-b.

Debe ser entonces un humano. Sí, debe ser uno. Hace mucho que no interactúo con otra persona. Han pasado casi dos años desde la última vez que vi a alguien, fue justo antes de la última gran explosión. No sé de qué podríamos hablar y eso me aterra ¿Será alguien amigable? ¿De qué género será? ¿Tendrá hambre? ¿Tratará de robarme? ¿Tratará de matarme? No tengo suficientes recursos en esta casa, si es que aún se le puede llamar así a este cúmulo de escombros, para mantener a dos personas. A duras penas me puedo sostener yo mismo. Ni siquiera pude conservar a mi perro y sus restos ya me sirvieron de alimento hace unos meses. Alimento. Eso. Tal vez si dejo que entre, le trato bien y me gano su confianza, luego pueda…Necesito encontrar mi cuchillo. Sí, sigue tocando la puerta. Claramente necesita a alguien. Eso me sirve. Qué más da su tema de conversación o si es amigable, mientras sea más pequeño que yo y se encuentre sin fuerzas para resistir un certero ataque. Solo es cuestión de volver a acostumbrase y comer carne humana.

Adelante, pasa.

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